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sábado, abril 16, 2011

La (no) relación entre el Candado y la Llave

- Mirada: Cualquiera pensaría que la relación del candado y la llave es muy intima, que están unidos, que se necesitan… que no existe el uno sin el otro… que fueron creados juntos tal como Adán y Eva. Como un trozo de hierro fuera la mismísima costilla… y de ahí el candado vio nacer a la llave… pero también pienso a veces que existían tantas llaves revoloteando como un aquelarre y por eso se creó el candado en su complemento. Un candado serio, formal, restrictivo que aterrizo a todas estas libertinas llaves en su juego… Finalmente tal vez será un misterio, como el huevo y la gallina, pero lo único claro es que siempre han estado unidos… con discusiones está claro, como cualquier relación, pero juntos. Por alguna razón remota este candado nació solo, no hubo ni una llave que lo acompañara. - Candado: Naci por ahí por el año 1989 en una familia de Las Condes, naci fuerte y sano… de un color azul petróleo, con un tamaño considerable y el peso perfecto. Para la familia que me dio a luz nací como un símbolo de castigo, de restricción y encierro. A veces era parte de los durmientes que sostenía a la familia parada y a veces era la monotonía, el aburrimiento mismo. En el fondo en ese lugar nadie me quería, pero me invocaban, vivían invocándome. Como si mi existencia fuera un mal menor, la única manera de hacer… Con el pasar del tiempo creo que por el año 2000, me di cuenta que existían las llaves, cuál fue mi impresión, quede encandilado! estas coquetas llaves me hacían temblar… es como si mi hicieran cambiar, enamorarme, jugar y entenderme. Recién varios años después de nacer me di cuenta para que había nacido y que solo necesitaba una transformadora llave para ser. Pero debo reconocer que como nunca sentí miedo. Estas chicas son demasiado arriesgadas y no tienen nada que perder… no existen, si no es en el proceso de abrir… no tienen existencia propia… son para modificar… y es fácil no temer a nada si uno no arriesga nada. - Mirada: Pero un día nublado con algunos rallos de sol traspasando los pinos del bosque, un día místico en un lugar sagrado; donde se podría decir que solo entraban los pequeños reflejos de Dios y la Diosa. Apareció ella sonriendo, segura como si siempre hubiese existido, la muy vanidosa sintiéndose la mismísima llave de la ciudad. El candado la mira con deseo y temor. Ella le devuelve una mirada misteriosa pero no demuestra interés alguno. - Candado: Eres realmente linda, creo que iluminas mi camino - Llave: quien eres?? No te conozco… no siento que puedo iluminarte, te veo tan oscuro.. - Candado: pero obvio po amiga, si soy un candado… no es así como debo ser? - Llave: Te soy sincera nunca en mi vida vi un candado como tú, es como si fueras autosuficiente y no me necesitaras. - Candado: Bueno reconozco, no te necesito… pero tu belleza me encandila por eso lo único que quiero estar junto a ti. - Llave: Lo lamento amigo, si me quieres por mi hermosura búscate una flor, yo soy una llave y existo para abrir. - Candado: mmm veo que te pones seria, júntate conmigo y vemos si es que calzas y me abres. - Llave: No tengo tiempo para probar… existo para transformar, por lo que prefiero un candado que ya se haya abierto muchas veces y me asegure que una rendija alígera. - Candado: Linda eso no te lo puedo asegurar. - Mirada: La llave lo mira con ternura, algo de pena y sigue su camino. - Mirada: El candado luego de perderla en el bosque se olvida de su existencia.